“Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades”

(2 Tim 4,3)









viernes, 20 de noviembre de 2009

El extraño juego del amor


Puede ser, que si algún día te vas yo me convierta en un sabueso y vaya detrás de tu olor y que si no puedo encontrarte camine hasta muy lejos con mi mochila llena de recuerdos. Y allí mi guitarra sera mi única compañía. Que cada noche haga una fogata para calmar el frió que sentiría al no tenerte y la luna podría sentarse junto a mi, para escuchar las canciones que tocaría para ti... pero también pudiera ser que la luna no viniera, que no hubiera fogata, ni guitarra, ni canciones, ni camino, ni días de soledad; tal vez solo existas tu o quizás no, quizás solo sea yo el que exista, pero tal vez ni siquiera yo, y solo sea el amor que existe y que juega a inventarnos y creer que existimos.