“Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades”

(2 Tim 4,3)









sábado, 23 de enero de 2010

Y si no eres azul, tampoco me importa


Si un día miras y ya no me vez, es que ya no estoy porque me cansé de esperar una reacción tuya ante una de mis acciones. Entonces a partir de ese día, seré como el sembrador que sale a sembrar y que va caminando por lejanos caminos; regando las semillas en donde quiera que pisa. Puede que algunas caigan en tierra mala y que sin ninguna atención simplemente mueran. Así como el no se cansa, se seca el sudor de la frente y mete la mano en su saco para seguir su ardua faena.

Tampoco yo me cansare de buscar, lo que aun no encuentro y que muchas veces creí haber encontrado. Puede que alguna vez, la semilla de aquel amor caiga en la buena tierra de un corazón fértil, que no le deje morir jamas, sino vivir y dar buenos frutos. Entonces ya no habrá mas hambre, ni el sol podrá quemarme, pues ese árbol podrá lograr que mi corazón no este sediento nunca mas.