Memorias prohibidas

Transcurría el tiempo y yo queriendo inspirarme para poder escribir, tomaba papel y lápiz pero las ideas se me escapaban, cual si fuesen estrellas fugaces o niños que juegan a las escondidas. Yo aquí anhelando que las cosas sean distintas, para poder contarles sobre el lado especial de alguien que un día conocí. Pensando, en que ella es tan o mas dulce que el mejor de los postres, como un manantial que solo desborda ternura y una fuente inagotable de cariño. Por eso y mil razones mas, quisiera poder anclar el barco de mi existencia en el inmenso mar de su mirada. Poder tomar el cuaderno de su vida y llenarlo con mis tonterías para que ella se aproxime y me sonría, con esa alegría eterna capaz de ablandar la mas dura de las rocas.

Que me permita, regalarle todo el afecto que he conservado en un baúl escondido, en un lejano rinconcito de mi alma. Después, caminar por el "Bosque de las buenas acciones" para juntos buscar madera y hacer una gran escalera que hasta el cielo nos pueda llevar. Una vez allí, comenzaré edificarle la mas hermosa de las casitas, en una parcela que he estado pagando con los ahorros de toda mi vida. Ahorros que no son en monedas de ningún país, sino, en unas que fueron acuñadas en el taller de un "Extraordinario Señor", que después de regalármelas todo esto me aconsejó. Y entonces cual si fuera el mas bello de los cuentos, con ella vivir dichoso por toda la eternidad.